jueves, 2 de junio de 2011

Bibliotecas históricas. Las bibliotecas contenedoras de reliquias.

Gonzalo Calzado Muñoz.


Todas las personas en el mundo, han entrado alguna vez en una biblioteca quizá para coger un libro o para estudiar, pero no siempre las bibliotecas han servido para esto, ya que han tenido otras utilidades como el simple uso de guardar libros o como único lugar cultural en muchas fases de la historia. La historia de las bibliotecas es la siguiente, y más concretamente las de las históricas, que recogen aquello que quedó de las iniciales.


En sus orígenes las bibliotecas tuvieron una naturaleza más propia de lo que hoy se considera un archivo que de una biblioteca. Las primeras aparecieron en los templos mesopotámicos, pero alcanzaron mayor importancia en el Antiguo Egipto donde eran llamadas Casas de los Libros o Casa de la Vida y en  la Antigua Grecia donde nacieron bibliotecas legendarias como la Biblioteca de Alejandría o la Biblioteca de Pérgamo. El Imperio Romano, también tiene un papel importante en esta historia, ya que fue durante la época de su existencia cuando se fundó la primera biblioteca pública además de otras bibliotecas importantes como la Octaviana y la Palatina.

Con la llegada de la Edad Media, la cultura se vio en retroceso y se refugió en los monasterios y catedrales, que fueron los únicos lugares que albergaban bibliotecas dignas de tal nombre. A partir de la Baja Edad Media y de la posterior invención de la imprenta se crearon numerosas bibliotecas universitarias. La imprenta hizo nacer, gracias a los ideales humanistas, un nuevo modelo de biblioteca: la principesca. Este modelo desembocó en el nacimiento de bibliotecas reales y de alta nobleza de las cuales se pueden destacar: en el siglo XVI la francesa de Fointaineblau o las españolas de Hernando de Colón, la de la Universidad Complutense o la del Escorial. En los siglos XVII y XVII, también tuvieron lugar las creaciones de importantes bibliotecas como Bodleiana en Oxford, la Mazarina en París, de la que fue bibliotecario Gabriel Naudé considerado como el Padre de la Bibliotecología, y la Biblioteca del Museo Británico.

A partir del siglo XIX,  pudo llevarse a cabo el deseo de acercar la cultura a toda la sociedad con la aparición en el mundo anglosajón de las bibliotecas públicas como las conocemos hoy.

Actualmente, las bibliotecas han evolucionado mucho, y se establece una clasificación de ellas en las que se atienden a diversos criterios. Los tipos de bibliotecas son: Bibliotecas Nacionales, Bibliotecas universitarias, 
Bibliotecas regionales, Bibliotecas escolares, Bibliotecas especializadas y Bibliotecas Públicas.


Aunque su nombre no aparece dentro de esta clasificación, también existen las Bibliotecas históricas, que  normalmente son incluidas dentro de las universitarias e incluso de las nacionales. Es más preciso incluirlas dentro de las universitarias ya que la mayoría de las que existen forman parte de ellas.

Las Bibliotecas Históricas son aquellas bibliotecas que contienen archivos muy antiguos como códices, volúmenes, manuscritos, documentos religiosos escritos por copistas, biblias antiguas etc. Es decir, son bibliotecas que guardan reliquias históricas que han pertenecido a otras bibliotecas hace muchos años o incluso siglos que han estado guardados y custodiados durante mucho tiempo. En algunas de estas bibliotecas, hay documentos tan antiguos y delicados que muy pocas veces son mostrados de cara al público 
por su posible deterioro.

Bibliotecas Históricas destacadas en España.

En España, existen algunos ejemplos de estas bibliotecas históricas, de las cuales pueden destacarse: Biblioteca Histórica de Madrid, Biblioteca de la Universidad de Salamanca y Biblioteca Santa Cruz de Valladolid.

La biblioteca histórica de Madrid fue fundada en el año 1876 y a día de hoy cuenta con una colección de 173.000 volúmenes pertenecientes al periodo comprendido entre el siglo XVI hasta la actualidad. Esta colección está compuesta tanto por manuscritos como por obras impresas y contiene material bibliográfico de enorme valor cultural, como algunos textos de Calderón de la Barca. A parte de esto, la biblioteca está dividida en dos partes, una de Fondos Generales  que contiene 90000 monografías y 18000 folletos y otra de Fondos especiales donde se recogen archivos antiguos relacionados con la ciudad de Madrid como teatro, música toros. Para más información pinchar aquí.

En segundo lugar, se encuentra la Biblioteca de la Universidad de Salamanca. Esta biblioteca, como se conoce hoy es obra de la reforma que llevó a cabo en 1749 el arquitecto y escultor Andrés García Quiñones. Esta biblioteca presenta un gran número de archivos: tres mil seiscientos manuscritos (2.779 volúmenes y 485 incunables) una colección de unos cuatrocientos incunables, libros redondos, tres copias del Libro del Buen Amor, una copia de Séneca del siglo IV, una tradición del árabe al latín de una física de Aristóteles. A modo de curiosidad, el documento más antiguo que hay es de 1233 y también se pueden encontrar algunos cuadernos del  humanista Fray Luis de León. Para obtener más información sobre la biblioteca pinchar en el siguiente enlace: http://campus.usal.es/~bgh/1280/index.htm

Por último, la Biblioteca Histórica de Santa Cruz en Valladolid es también una de las destacadas en España. La biblioteca de Santa Cruz es una  de las secciones pertenecientes a la Universidad de Valladolid. Perteneciente a la sección de  Fondo Antiguo recoge todas aquellas obras publicadas con anterioridad a 1835. Fue fundada en el año 1483 por el cardenal Pedro González de Mendoza, que mediante donaciones y adquisiciones fue formando los fondos de los archivos actuales. En el siglo XIX, se realizó el primer inventario de la biblioteca que dio como resultado un total de 13.000 volúmenes aproximadamente y fue en este mismo siglo en el que la biblioteca pasó a formar parte de la Universidad de Valladolid lo que añadió  11.444 obras al archivo. Entre todas estas obras se encuentran 528 manuscritos, entre los que destaca como pieza más antigua y valiosa Los Comentarios al Apocalipsis San Juan de Beato de Liébana del año 970. Otra de las obras que hay que destacar es un ejemplar del Becerro de las Behetrias del año 1352.



Ejemplar del "Becerro de las Behetrias"
que posee la Biblioteca Santa Cruz.


También hay que hacer una mención a una biblioteca que aunque no es conocida debido a que su tamaño es muy reducido, su archivo cuenta con obras muy importantes sobre todo en el ámbito religioso. Esta biblioteca es la situada en el Seminario Mayor de Plasencia (Cáceres). De esta biblioteca no se tiene constancia de su fecha de inicio pero es evidente que deriva de una anterior que hubo en el seminario. La biblioteca actual esta compuesta de 3 salas, la primera con los libros más actuales y de uso más frecuente, una segunda con libros del siglo XVIII en su mayor parte y colecciones de revistas y libros de texto que cayeron en desuso con la reforma del Concilio Vaticano II.

En la tercera sala se conservan los ejemplares más antiguos entre los que destacan: “OPERA VARIA de Macrobii Aurelii “(1472), “TRACTATVS IN TRES TITVLOS” (1546), “POETAE VENVSINI OMNIA POEMATA”, Horatii, (1593), “LAS SIETE PARTIDAS DE ALFONSO VIII”, Lic. Gregorio López (1587).

Destacan algunas colecciones de libros como las actas del Concilio Vaticano II (Acta Synodalia Sacrosancti Concilii Oecumenicii Vaticanii II) y una Enciclopedia Universal Ilustrada firmada por el Beato Pedro Ruiz de los Paños en el periodo en que estuvo como Rector del Seminario (1917-1927).

Es digna de mención la sección de Sagrada Escritura en la que figuran entre otros ejemplares la Sagrada Biblia en diversos idiomas tales como ruso, inglés, francés, italiano, hebreo, griego y latín.

Destaca en esta sección la Biblia Regia o Políglota de Amberes de finales del siglo XVI, de la que se imprimieron 1213 ejemplares. Está formada por 8 tomos y ha sido restaurada recientemente. Esta obra, es quizás la más importante que podamos encontrar en esta biblioteca ya que fue escrita por el humanista extremeño Arias Montano en un total de 4 idiomas diferentes (latín, griego, hebreo, arameo) por petición de Felipe II. Actualmente, quedan muy pocos ejemplares de ella en el mundo. A continuación algunas fotografías de dicha obra:

Portada de la Biblia Regia o
Políglota de Amberes.
Interior de la histórica Biblia.







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